El cacique taíno Enriquillo nació a orillas del lago Jaragua (hoy lago Enriquillo) a finales del último tercio del siglo XV, quizás en 1497, y falleció en Boyá, Azua, el 27 de septiembre de 1535.
Era conocido por los españoles como Enrique Bejo y por los indígenas, muy probablemente como Guarocuya, formando parte de la familia real del cacicazgo de Jaragua, al suroeste de la Española, por ser sobrino de los hermanos y caciques Bohechío y Anacaona (1474-1503).
Al quedar huérfano de padre, llamado Magiocatex, hermano de Caonabo y príncipe heredero fallecido en 1504 en un altercado con los colonizadores, Enriquillo fue criado y educado por los franciscanos, en su convento de Jaragua, en la religión y lengua de los españoles.
Se casó con Mencía, una india de noble linaje, y fue encomendado en el repartimiento de Alburquerque de 1514 a Francisco Valenzuela, en San Juan de la Maguana, cuyo hijo lo maltrató, quitándole una yegua que tenía y abusando de su esposa.
Por esta razón, el cacique se quejó ante el teniente de gobernador de la villa Pedro Vadillo, quien no le hizo ningún caso.
Enriquillo se trasladó entonces a Santo Domingo, para presentar su queja a la Real Audiencia, tribunal que dio unas instrucciones, al parecer favorables al cacique, y a las que Vadillo no hizo caso.
Ante tal injusticia, Enriquillo decidió sublevarse junto a un grupo de indios convirtiendo la Sierra de Bahoruco en su principal centro de operaciones.
Su sublevación, que cubrió un período comprendido entre 1519 y 1533, incitó a otros indios y africanos esclavos a rebelarse contra los españoles en distintas partes de la isla.
Sobre la particularidad de este levantamiento, los oidores de la Audiencia de Santo Domingo se lo explicaban así a Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico: “Es guerra con indios industriados y criados entre nosotros, y que saben nuestras fuerzas y costumbres, y usan de nuestras armas y están proveídos de espadas y lanzas, y puestos en una sierra que llaman Bahouruco, que tiene de largura más que toda el Andalucía, que es más áspera que las sierras de Granada”.
Enriquillo creó un sistema defensivo propio de un español. Situó su cuartel en una zona de la sierra prácticamente inaccesible para los españoles, y según carta de Vadillo de 1533, “estaba en parte a donde jamás los españoles habían llegado y en lugar tan fragoso y escondido que nos dice que fue casi imposible hallarle aquel asiento y que junto de él tenía muy grandes xagueyes a manera de cuevas para se esconder él y su gente si fuesen hallados”.
Entre julio y agosto de 1533, Francisco de Barrionuevo, designado por el Reino de España capitán general de la Guerra del Bahoruco para acabar con los insurrectos por medio de las armas, tuvo una importante entrevista con Enriquillo, con el fin de concertar un tratado escrito. El cacique pronto comprendió la importancia del citado acuerdo, consintiendo concertar la paz.
En 1534, Enriquillo y su esposa Mencía, acompañados de algunos de sus caciques, fueron a visitar la ciudad de Santo Domingo.
A su regreso se trasladó con toda su gente a las cercanías de la villa de Azua fundando un pueblo que se conoció con el nombre de Boyá, quizás hoy día en el municipio de Pueblo Viejo, siempre en la provincia de Azua, donde ha sido reciente noticia se buscan sus restos.
Se sabe que falleció el 27 de septiembre de 1535, y fue enterrado, según su deseo, en la iglesia de La Merced de dicha villa, construida entre 1511 y 1514 y destruida por un terremoto y posterior maremoto ocurrido en 1751.
Enriquillo es una novela histórica dominicana escrita por Manuel de Jesús Galván (1834-1910) publicada entre 1879 y 1882, incluida en 1952 en la Colección de la UNESCO de Obras Representativas de la Literatura Universal y traducida al francés ese mismo año por la escritora Marcelle Auclair (1899-1983).
Nota: Más información en Descripción y detalles
Descripción y detalles
Pie de fotos e ilustraciones
- Monumento a Enriquillo situado en el cruce de la carretera de Barahona a Duvergé y Neiba. La placa dice: «Desde las entrañas de la Sierra del Bahoruco dio el primer grito de libertad de todo el continente».
- Monumento a Enriquillo situado en Azua.
- Estatua de Enriquillo frente al Museo del Hombre Dominicano de Santo Domingo junto a Bartolomé de las Casas en el centro y Lemba a la izquierda.
Nota: Fotos e ilustraciones obtenidas de Internet.
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