Chiclana de la Frontera (Cádiz)

El termino municipal de Chiclana, que hace frontera al norte con los municipios de San Fernando y Puerto Real y hacia el sur con Conil de la Frontera, cuenta con una población de 86.306 habitantes (2021).

La fundación de la actual Chiclana se produjo en el año 1303, cuando el rey Fernando IV de Castilla entregó las tierras chiclaneras a la Casa de Medina-Sidonia.

En Chiclana interesa conocer el casco urbano de la ciudad, sus playas, el islote de Sancti Petri con su castillo, la urbanización Novo Sancti Petri, el poblado de Sancti Petri y los llamados “Siete Puntos Mágicos”.

Para visitar a pie el casco histórico de la ciudad, construido durante los siglos XVII y XVIII, se recomienda dejar el coche en el parking del Mercado Municipal de Abastos, situado en la Plaza de Las Bodegas, en pleno centro. En el mercado podemos apreciar la alegría de sus puestos y la vistosidad del género.

De camino a la Plaza Mayor pasamos por el ayuntamiento y por la plaza de Jesús Nazareno, donde está el Convento-Iglesia de Jesús Nazareno, llamado también Convento de clausura de las Madres Agustinas Recoletas, del siglo XVII, que es el edificio más representativo del barroco de la ciudad.

En la Plaza Mayor destacan la joya del neoclásico gaditano, la Iglesia Mayor de San Juan Bautista (1776-1814) declarada en 1975 monumento histórico-artístico, y la Torre del Reloj del siglo XVIII y estilo neoclásico, conocida popularmente como arquillo del reloj.

El Museo de Chiclana está situado en la antigua casa de la familia Briones, («Casa Briones»), en la Plaza Mayor. Allí contemplaremos la historia de una ciudad muy relevante durante la invasión napoleónica, ya que aquí tuvo lugar la Batalla de Chiclana. El museo consta de diez salas de diferentes contenidos relacionados con la historia de la ciudad, territorio, momentos históricos, siendo también sede de la Fundación Fernando Quiñones (1930-1998), uno de los grandes hombres de letras de Chiclana.

En la calle San Agustín 3 nos encontramos el Museo Municipal Taurino “Francisco Montes Paquiro”, en memoria del torero romántico chiclanero «Paquiro» (1805-1851), de enorme interés para los aficionados a la tauromaquia pues reglamentó la actual tauromaquia, innovó el traje de torear e instauró el uso de la montera.

En la calle la Plaza 6 nos encontramos la iglesia de San Telmo, que se encuentra situada en la zona baja de la ciudad, muy próxima al río Iro. Es una iglesia del siglo XVIII y estilo neoclásico, construida sobre la antigua ermita de San Telmo.

Hoy día la economía chiclanera depende fundamentalmente del turismo, especialmente de las playas, que son La Barrosa y Sancti Petri, situadas a 7 Km. del casco urbano, que constituyen un importante recurso tanto turístico como natural.

La playa de La Barrosa, de 14 Km. de longitud y de arena fina y dorada, cuenta con preciosos acantilados y es perfecta para quienes huyen del litoral masificado, extendiéndose desde el acantilado que la separa de la playa de Sancti Petri hasta la Loma del Puerco (escenario de la Batalla de Chiclana el 5 de marzo de 1811).

Otro atractivo turístico, además de las playas, son los campos de golf, asentados fundamentalmente en la urbanización Novo Sancti Petri, que cuenta con viviendas, centros comerciales y con el mayor número de plazas hoteleras de la Costa de la Luz.

Desde el muy bonito Paseo Marítimo de La Barrosa, de un kilómetro de longitud, y por supuesto desde ambas playas, se puede contemplar el Islote de Sancti Petri con el castillo del mismo nombre, que desde lejos parecen un barco.

El islote está enclavado en la desembocadura del Caño de Sancti Petri, que es un canal poco profundo de agua de mar que forma parte del ecosistema del Parque Natural de la Bahía de Cádiz y cuyos depósitos, que fueron sedimentándose, dieron lugar a los estuarios y las marismas que se asientan a sus orillas.

El Castillo de Sancti Petri, declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento en 1985, es el principal atractivo del islote.

 Construido entre el siglo XVI (la torre) y el siglo XVIII (el resto del castillo), como baluarte defensivo contra los ataques de piratas, poco antes de ser duramente bombardeado por las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia y posteriormente en 1823 durante el segundo bloqueo francés.

En 1918 se instaló un aparato eléctrico sobre la torre del homenaje del arruinado castillo, sirviendo la señal que emite para balizar el islote y recalar el canal.

El poblado de Sancti Petri estuvo dedicado a la pesca del atún mediante almadraba hasta 1973. Su nombre está en latín y significa «de San Pedro», patrón de los pescadores.

Hoy es un poblado de pescadores, del quedan pocas edificaciones en pie, pero su aura sigue vigente. En el está la famosa playa de Sancti Petri (o como la conocen los chiclaneros, la playa de lavaculos), que ofrece un espectáculo diferente: velas, cometas, kayaks, motos de agua, embarcaciones recreativas, pesqueras.

Se encuentran en el poblado un centro de interpretación dedicado al Castillo, al Templo Melkart y al propio poblado, una estatua dedicada a Hércules, varios restaurantes, la Cofradía de Pescadores del Caño Chanarro y el puerto de Sancti Petri, de donde salen las embarcaciones para visitar el islote de Sancti Petri y hacer otras excursiones.

El templo de Melkart-Hércules de Cádiz fue uno de los grandes hitos del mundo antiguo en la Península Ibérica. Su localización en el actual islote de Sancti Petri es aceptada por todos los investigadores.

Los orígenes del templo se remontan a los tiempos de asentamiento fenicio, pueblo que construyó un templo en honor a Melkart. Se continuó tributando culto a dicho dios durante la dominación cartaginesa, pero durante la presencia romana se tributó culto a Hércules.

Por ello a la entrada del poblado hay una estatua de Hércules inaugurada en 2010. Una creación del escultor Mario César de las Cuevas.

La obra representa a un gran Hércules de unos 3,50 metros de altura de corte clásico que señala directamente al castillo del islote de Sancti Petri. Se encuentra situada sobre una peana de dos metros de diámetro que muestra el mar del que emergen dos atunes, un importante detalle que rememora la importancia que tuvo la almadraba de Sancti Petri para el desarrollo y la consolidación de la zona.

«Los Siete Puntos Mágicos de Chiclana», se denomina a la ruta creada en el año del 7º centenario de la creación de la ciudad. Es una ruta que mezcla las mejores vistas de Chiclana con la historia del municipio, recomendada para visitantes.

Los Siete Puntos Mágicos son: La Colina de Santa Ana, La Loma del Puerco, El Castillo del Islote de Sancti Petri, Las Salinas, Miralmar, El Carrascal y La Espartosa. A los pies de cada uno de estos lugares se cita en una placa de piedra la referencia histórica en un párrafo.

En la parte más alta de la ciudad, en la colina de Santa Ana, se encuentran un antiguo e histórico mirador y una ermita, ambos de igual nombre.

El acceso más habitual a este lugar se realiza desde la calle Agustín Blázquez y la avenida del Mayorazgo, justo en la acera de en frente donde termina el Parque de Santa Ana.

Desde allí parte un empinado camino que en cosa de dos a cuatro minutos nos lleva hasta el mirador situado frente a la preciosa Ermita de Santa Ana.

La Colina de Santa Ana es como se ha dicho uno de los siete puntos mágicos de Chiclana por su importancia histórica. Un lugar para observar toda la Bahía de Cádiz, que históricamente ha sido, entre otras cosas: atalaya desde donde avisar de guerra, alarma o venida de barcos desde América.

Impresiona ver una vista completa de 360º donde hay mar, campo y ciudad. A lo largo del mirador todos los lugares importantes que se pueden divisar están debidamente señalizados con paneles informativos. Como son Chiclana y sus monumentos, San Fernando, el Parque Natural de la Bahía de Cádiz, el Castillo de Sancti Petri y pueblos más lejanos como Medina Sidonia.

Debajo de un azulejo conmemorativo con la rosa de los vientos, guía para los marineros, reza este párrafo:

«Colina de Santa Ana, molino, fortín, ermita y antigua atalaya desde la que se alertaba al pueblo de Chiclana de los ataques vikingos y moriscos. Rompiente del levante y del poniente, blanca paloma para los barcos de la mar, rosa de los vientos». Chiclana de la Frontera 1303-2003.

La Ermita de Santa Ana fue construida sobre un molino de viento, anteriormente almenara musulmana. Es uno de los edificios más representativos, cuya silueta puede divisarse desde muchos kilómetros a la redonda, dada su altura sobre la ciudad.

Es de planta ochavada y rodeada de arcada. Responde a un proyecto del arquitecto gaditano Torcuato Cayón de la Vega y su construcción se llevó a cabo entre los años 1772 y 1774. Previamente hubo de contarse con el permiso de las autoridades militares, ya que el lugar era fundamental como punto de observación estratégico, como ha quedado constancia a lo largo de la historia de la comarca.

Presenta sobre la cúpula un remate superior que aumenta la vistosidad y elegancia de esta singular construcción cuya imagen recuerda a antiguos modelos bizantinos e hispanoromanos.

En su interior, alberga un pequeño altar situado a eje con su puerta de entrada, donde se ubica, en el interior de una hornacina, la preciosa imagen de Santa Ana y la Virgen Niña, icono de la religión católica ampliamente venerado. Obra de escultor genovés afincado en Cádiz Domingo Giscardi (siglo XVIII).

La Ermita de Santa Ana es visitada por miles de devotos a lo largo del año, considerada por estos milagrosa y protectora. Sin ser la Patrona de la ciudad, el cariño chiclanero por esta imagen es de gran importancia.

Si acudes a Chiclana, el mirador con la Ermita de Santa Ana es un precioso e interesante lugar de obligada visita que nos ayudará a hacernos una idea de lo grande que es la ciudad y de la espectacular panorámica que es posible contemplar desde lo alto de la Colina de Santa Ana.

Sólo está abierto al público el interior de la capilla los martes y el 26 de julio, festividad de Santa Ana.